El privilegio de ser maestra

Estamos próximos a festejar a los maestros, a los cuales reconocemos y honramos por tan noble labor, especialmente aquellos que enseñan la Palabra de Dios a nuestros niños y jóvenes. 

Efesios 4:11-12 (NTV)

11. “Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. 

12. Ellos tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo".

Ser maestro es uno de los privilegios más grandes que podemos recibir en esta vida. Cada persona ha sido llamada a ejercer esta profesión en cualquier momento de su vida. Por ejemplo: como madres a la hora de enseñar a los hijos: buenos modales, hábitos de aseo, leer la Palabra de Dios, orar, etc.

Para poder enseñar a los niños que nos rodean; llámense hijos, sobrinos, nietos, primos, aun a los que solo nos topamos por “casualidad”, y depositar en ellos valores morales y principios bíblicos en su corazón; primero debemos demostrar estas características en nuestra propia vida: el carácter, la actitud y el amor de Cristo. Es muy importante que estas características sean visibles, si deseamos tener una influencia espiritual duradera en la vida de ellos.

¡No encuentro mejor ejemplo como maestro, que el de Jesús! Él se preparó durante treinta años para enseñar la verdad encomendada por su Padre. Mostró interés en el conocimiento cuando a su corta edad se sentaba con los conocedores de la ley discutiendo y leyendo porciones del Antiguo Testamento (Juan 7:14-15 NTV).

Todas, como hijas de Dios, tenemos un compromiso muy grande de cuidar lo que estamos heredando a las futuras generaciones, orar por el Sistema Educativo y las autoridades encargadas de la elaboración de los libros de texto, contenidos de los planes y programas educativos. Debemos orar para que el Señor levante maestros y directores temerosos de Él. Debemos ser radicales en nuestros principios y valores. Ser testimonio de que Jesús vive en nosotros. 

ORACIÓN 

Padre amado reconociendo el poder de la oración, venimos clamando por la educación en nuestro país. Señor, levanta autoridades temerosas de ti, personas en las escuelas y universidades que sean valientes y compartan de Tu verdad.

Guarda el corazón de los niños, que la influencia de conceptos, tendencias y modas que vayan en contra de lo que Tu Palabra dice, no sea aceptada por ellos. Que la maldad y la perversión no toque a nuestros niños. 

¡Alértanos! ¡Capacítanos!, en cómo deseas que intervengamos en nuestro entorno. ¡Bendecimos y declaramos que en nuestro país la educación está bajo Tu poder! 

Señor, como hijas tuyas, capacítanos para impactar radicalmente la vida de los pequeños y jóvenes que nos rodean, en el nombre poderoso de Cristo Jesús oramos. Amén

-xoxo

Liz Gómez