Hay que hacer lo que sabemos hacer... ¡hay que orar!

A lo largo de nuestra vida hemos atravesado diferentes circunstancias que nos han dejado una cicatriz física o emocional como el abuso sexual, padres ausentes, divorcio, rechazo, fracaso laboral, un hijo con algún diagnóstico no favorable, sueños truncados, decepción amorosa, desilusión en la iglesia, un diagnóstico de una enfermedad o la muerte de un ser querido. 

Lucy era mi mamá, hace 7 años fue diagnosticada con un problema en el corazón por el cual necesitaba ser operada, el año pasado valientemente llena de fe decidió operarse. Recuerdo que una semana antes llorando le dije que tenía mucho miedo, su respuesta fue: -“Tranquila mi chiquita todo va a estar bien, Dios tiene todo en control y si Él decide llevarme estoy en paz, ya viví, disfruté mucho la vida, mi familia, mi esposo y mis hijos”; en ese momento no podía creer lo que ella estaba diciendo llena de fe sin temor de lo que pudiera venir. Mi mamá era una mujer de oración y ante cualquier situación que atravesamos en el pasado ella me volteaba a ver y decía: - “Hay que hacer lo que sabemos hacer... ¡Hay que orar!”. 

Se llegó el día de la intervención y terminando la operación pude platicar con ella, se le llenaron los ojos de lágrimas diciendo: - “No lloro de tristeza hija sino de lo ¡bueno y grande que es Dios! Su corazón no resistió y a los dos días el Señor decidió llevársela. Te soy honesta mi mente empezó con muchas interrogantes: ¿Dónde está Dios?, ¿por qué no la sanó? ¿Por qué se la llevó, si estuvimos orando por ella?, ¿por qué la muerte ganó esta vez? Mi fe se tambaleo. 

Un día rumbo al trabajo solo se me venía un pensamiento: “Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto con todo alabaré al Señor”. Busqué el paisaje en la Biblia y Dios habló a mi corazón en el libro de HABACUC. 

Habacuc tenía esas interrogantes: ¿Por qué parece que el mal triunfa? Pero más adelante Dios le responde en el capítulo 2, versículos 3 y 4 “…Aunque tardare, espéralo, porqué sin duda vendrá”; “más el justo por su fe vivirá”. No es fácil ser paciente, debemos confiar en Dios, aunque no comprendamos por qué las cosas suceden de cierta forma y descansar en Él, creyendo que está dirigiendo todo de acuerdo a Sus propósitos. 

Habacuc concluye en el capítulo 3 comprendiendo quién es Dios y Su amor. 

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo yo, me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Habacuc 3:17-18.

Habacuc afirmó que aun en tiempos de hambre y pérdida se alegraría en el Señor, sus sentimientos no estaban sujetos a las circunstancias sino a su fe en Dios. Pareciera que la muerte triunfó en la vida de mi mamá, pero no es así, Jesús derrotó la muerte. Aun la extraño todos los días, pero Dios ha traído consuelo y esperanza de que un día la volveré a ver adorando al Rey de Reyes, ¡esa es la promesa!, sigo creyendo que Dios es bueno todo el tiempo. 

No sé cuál sea la circunstancia por la cual te encuentres atravesando, solo recuerda que Dios está vivo, que tiene el control de todo y hace justicia. “Hay que hacer lo que sabemos hacer... ¡Hay que orar!”. Deja que Su amor sane y restaure tu vida, no te presiones cada una tiene su tiempo de restauración. Entiendo que no es tan fácil seguir, pero recuerda que Dios va contigo de la mano en cada batalla, en cada temporada, no estás sola; rodéate de amigos y familia que sean tu lugar seguro que muestren el amor y fidelidad de Dios. Por último, quiero decirte: ríe, llora, ama, sueña... Disfruta la vida. 

Señor Jesús oro por cada persona que se encuentra atravesando una circunstancia difícil, Tú conoces cual es la situación, te pido que pueda experimentar Tu amor, Tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Muéstrale que en medio de todo Tú estás ahí, restaura su vida, restaura el gozo que ha perdido para que vuelva a disfrutar la vida, te doy gracias en el nombre de Jesús, toda la gloria sea para ti. 

Amén

-xoxo