Identificando y reconociendo mis emociones
- nosotrasblg
- 9 jul 2024
- 2 Min. de lectura
Al sentirme atrapada en mis emociones negativas, y después de leer estas frases me identifiqué con ello. Ruth Graham en el libro de Geri Scazzero “Mujer emocionalmente sana”,escribió lo siguiente: “Yo sé lo que es sentarse en una banca de la iglesia con el corazón roto… Me sentaba con mis miedos y decepciones, convencida de que estaba sola… Para protegerme, me ponía una máscara que ocultaba mis penas y fracasos. Me esforzaba por dar la impresión de que tenía mi vida bajo control”.
En mi experiencia personal trataba de mantener la calma, aun cuando todo en mi interior era una especie de tormenta,sintiendo que me ahogaba en el enojo, la frustración, la tristeza, el dolor... Y tratando de desfogar estas emociones intensas, excediéndome en el trabajo físico: limpiar mi hogar, cambiar muebles, identificar hasta el mínimo detalle para de ahí extenderme en una limpieza profunda e innecesaria que solo traería como consecuencia cansancio extremo, agotamiento físico y emocional. Además, diciendo sí a todo y a todos, cuando no podía ni con mi alma.
Identifiqué que con esta actividad excesiva me desenfocaba de lo que me producía enojo, dolor, tristeza, frustración… Ycomprendí que las emociones no se entierran, se confrontan.
Al dejar de creer la mentira de que las cristianas verdaderas no debemos mostrar enojo, me sentí libre de toda angustia, de todo temor, de toda duda; esto cambió mi vida. No tenía idea de que el enojo podía usarse de una manera saludable para reafirmarme a mí misma y servir a los demás.
Tenemos la responsabilidad delante de Dios de procesar nuestro enojo, pensar en él y reaccionar apropiadamente.
Aprendamos a observar nuestro cuerpo, el enojo o las emociones extremas comúnmente se manifiestan con palpitaciones, rigidez muscular en cuello, hombros, espalda, trastornos gástricos e intestinales, irritabilidad, dolor de cabeza e insomnio.
Se dice que el enojo es un sentimiento secundario; comúnmente coexiste con las heridas, la tristeza, el temor, la desilusión y la vergüenza. La mayoría de las personas se sienten menos vulnerables al expresar sentimientos de enojo que al expresar dolor o temor, porque el enojo duele menos.
No promovamos, con nuestros propios esfuerzos, los frutos del Espíritu Santo… Esto no es posible… Y es sumamente desgastante.
Cuando vivimos a la manera de Dios, el fruto sencillamente aparece en el jardín: Amor, gozo, paz, fe, bondad, benignidad, mansedumbre, paciencia y dominio propio.
Dios usa cada caída libre a fin de purificar nuestros corazones y darnos experiencias más íntimas de Su gracia y de Su misericordia…
Renunciar a algo implica un viaje de toda la vida… Es transitar este sendero por el resto de nuestras vidas…
¡Saber cuándo dejar algo y cuando no hacerlo, resulta igual de importante!
Por lo tanto, al identificar y reconocer nuestras emociones podemos ser sensibles a las necesidades emocionales de otras personas, estando conscientes de que en la Iglesia y como iglesia podemos estar sentadas al lado de corazones rotos.
Aprendí que no estaba sola en esto, y en mi diario vivir ycomo mujer de oración, debo interceder por esas almas heridas, por esos corazones rotos.
Nuestras tormentas, por grandes que sean, Dios las tornará para bendición.
Oración:
Oro en el Nombre de Jesús, que en toda tormenta en tu vida encuentres consuelo, paz, dirección divina y el abrazo de Dios que une las partes rotas de tu corazón, y así mismo puedas encontrar el deleite en la intercesión.Amén!!!
-xoxo
Isela
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