Jeremías 29:11 (versión TLA)
“Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar”.
Como humanos, es normal tener anhelos y necesidades, nuestra carne busca cumplir metas y expectativas que nos ponemos nosotras, en nuestra vida o incluso en los demás, pero… ¿Qué pasa cuando lo que nosotras queremos no siempre llega o mínimo no cuando nosotras queremos?
Hace unos meses viví una temporada llena de incertidumbre y miedo, estaba confundida con mi decisión de carrera, confundida porque los planes que tenía y mis sueños no llegaban, miedo de ser adulta y tener gastos e incluso miedo de cometer errores, una temporada en la que sentía que Dios no me respondía y que se mantenía en silencio durante la tormenta que sentía en mi corazón.
En Marcos 4:35-41 podemos ver la historia de Jesús en la barca con sus discípulos, vemos como sus discípulos estaban aterrados porque su barca estaba a punto de hundirse, había una tormenta enorme acechándolos y Jesús dormía justo al lado de ellos, justo antes de que pase esto, Jesús se levanta y calma la tormenta haciéndole saber a sus discípulos que Él tiene todo bajo control y que llega justo a tiempo.
¿Cuántas no nos hemos sentido así? Donde sentimos el agua al cuello y que ya no vamos a poder más, sentimos que los problemas, las deudas, las emociones, todo es demasiado y Dios no nos contesta, pero hoy quiero recordarte que Él llega justo a tiempo.
Aun cuando la tormenta parece ser demasiado grande Él nos recuerda que no hay nada más grande que Él y que cada oración que hacemos conlleva un proceso que tenemos que vivir y esto no significa que Él no nos escucha, significa que está trabajando en nosotras. Su silencio no es señal de abandono, es señal de que vamos a estar bien no importa lo que pase.
Cuando sentimos que las dudas son demasiado, Él nos recuerda que tiene planes perfectos de bien y no de mal para nosotras y que quiere que vivamos nuestro proceso, para Él llegar justo a tiempo, no antes, no después, justo en el momento correcto.
Hoy volteó atrás y puedo ver que, si Dios hubiese cumplido mis sueños y oraciones en ese momento, mi corazón no hubiera estado listo para esto, Dios primero tuvo que trabajar en mí, en mi carácter, en mi relación con Él y en mi corazón para poder darme eso que tanto había soñado.
Él llega.
No antes
No después
Justo a tiempo.
Oración:
Mi Dios, gracias por ser un padre amoroso que cuida nuestros corazones, que tiene todo bajo control y nos llama a descansar en la tormenta, ayúdanos a ver tu silencio como una oportunidad para confiar aún más en ti y descansar en que tienes planes buenos para nosotras.
Te amamos y queremos darte el control de cada situación y cada anhelo en nuestro corazón.
En el nombre de Tu Hijo amado.
Amén.
xoxo
-Danna
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