Necesitas parar, para ser Imparable

“Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor” (Proverbios 31:25-26 NVI).

Hoy en día, las mujeres jugamos un papel muy importante en la sociedad. Somos reconocidas, tenemos voz y voto, y en algunas ocasiones somos llamadas “imparables”. 

Tenemos una naturaleza protectora, tenemos una percepción aguda, instintos y muchas situaciones de nuestras vidas nos hacen fuertes, sabias, valientes, trabajadoras y sobre todo capaces. 

Las circunstancias a nuestro alrededor nos hacen aún más fuertes y llegamos a creer que tenemos habilidades que nos ayudan a resolver con nuestras “propias fuerzas”, cualquier problema o dificultad que esté por delante. Pero, en grandes situaciones (sino es que en la mayoría) nos cuesta reconocer que solas no podemos.

Puede que seas joven, estudiante, esposa, mamá, encargada, maestra, trabajadora, abuela, etc., al final del día TODAS compartimos algo, y es que somos mujeres. 

Hace unos meses escuché el término de ser una mujer “Imparable”, pero déjame decirte que, para poder serlo, necesitas parar. Necesitas descansar en Aquel que todo lo puede, en Aquel que tiene un yugo ligero. Saber que dependemos de Él, para así seguir adelante en todo aquello que Él tiene para nosotras.  

No sé cuál sea tu situación actual, pero déjame decirte, que podemos encontrar descanso en nuestro Dios; Aquel que todo suple, que todo provee, que todo revuelve, que todo cuida.Aquel que es un Padre, amigo y compañero de vida. 

Su Palabra dice:

“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”(Mateo 11:29-30 NVI).

Solas no podemos, pero déjame recordarte que no estamos solas. Tenemos un Dios que nos da descanso, al cual podemos acudir en cualquier circunstancia, problema o dificultad que estemos atravesando. Un Dios que nos ha regalado a Su Espíritu Santo, el cual es nuestro consuelo y nuestro ayudador. 

Amiga, no estás Sola. Eres amada, valiente, esforzada y, sobre todo, eres hija de un Rey de amor, que te abraza y te recuerda que está a una oración de distancia. 

“No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7 NVI).

Oración: 

Jesús, te damos gracias por que Tú eres bueno, porque aun cuando no puedo verlo, Tú estás obrando. Gracias por que eres mi refugio y Aquel en quien confío. Te pido que traigas descanso a mi alma y mi corazón, que traigas fortaleza y que no permitas que olvide que Tú estás en control. 

Gracias por este día, porque sé que traerás bendición sobre mi vida y sabiduría en cada situación que esté por venir, para poder seguir avanzando y caminando de Tú lado. 

Amén

xoxo

-Came