Paz en la presencia de Dios
- nosotrasblg
- 31 may 2024
- 2 Min. de lectura
Quiero compartir contigo una experiencia que transformó mi vida y fortaleció mi fe.
Hace algún tiempo, me encontraba en el hospital enfrentando una situación difícil y llena de incertidumbre tras el diagnóstico de una rara enfermedad.
Las preocupaciones y los miedos llenaban mi mente mientras esperaba la aplicación de un medicamento y las noticias de los médicos.
En medio de ese torbellino de emociones, algo extraordinario sucedió. Mis ojos se encontraron con un letrero que tenía un lindo paisaje y las palabras del Salmo 46:10:
"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…".
Pasados unos segundos, sentí una paz indescriptible que llenó mi corazón. Dios mismo me estaba hablando, recordándome que, a pesar de la tormenta, Él estaba en control.
Ese simple letrero, tenía palabras vivas que se convirtieron en un faro de esperanza y confianza para mí. Me recordó que no estaba sola y que podía descansar en Su presencia, la cual sentí de una manera tangible, asegurándome que soy Su hija amada.
En medio de la adversidad, Él me estaba llamando a ser quieta, a dejar de lado mis ansiedades y confiar plenamente en Su soberanía. Esa paz me permitió enfrentar la situación con una nueva perspectiva y una fe renovada. Dios me reveló Su amor y Su cuidado.
Al confiar en Su plan perfecto, pude dejar mis preocupaciones a Sus pies y permitir que Su paz llenara mi corazón y abracé que la verdadera fortaleza no provenía de mí, sino de mi dependencia en Él
¡Era glorioso, estaba con vida y conversando con Dios!
Él nos da suficiente gracia para cada día, y cuando aprendemos a vivir en el presente, encontramos una alegría y una paz que trascienden nuestras circunstancias.
Hermosa, te animo a buscar momentos de quietud en la presencia de Dios, especialmente en tiempos de dificultad. Él está contigo en cada paso del camino y desea que encuentres descanso y esperanza en Él.
No importa cuán grandes sean los desafíos que enfrentas, recuerda que Dios es soberano, que Su amor por ti nunca falla, y que Él tiene el control de todas las cosas.
Oremos:
Amado Dios, gracias por tu amor y tu paz que sobrepasan todo entendimiento. Ayúdame a detenerme y a encontrar descanso en tu presencia, confiando en que Tú eres Dios y que tienes el control de mi vida y de todas las cosas. Enséñame a vivir con contentamiento, un día a la vez, en la plenitud de Tu gozo. Renueva mis fuerzas y guía mis pasos. Aunque muchas sean mis batallas, de todas ellas me librarás.
En el nombre de Jesús, amén.
-xoxo
Rosa María
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